Inicios, recomienzos, reseteos del estado de nuestras vidas, es lo que trae consigo un final e inicio de ciclo colectivo. Aprovechemos entonces esta oleada en donde la disposición de la mayoría es volver a cambiar con fe aquello que nos causó estragos, y sembrar con nuevas semillas. Recuerde que de las semillas que siembre dependerá la cosecha; no hay sorpresas jamás. Así que por lo menos debemos intentar plantar dándonos cuenta de lo que queremos esperar. No hable de enfermedad si no la quiere, por el contrario: hable de la salud. Si quiere dinero, no hable de la carencia; si quiere relaciones, no hable de lo mal que lo han tratado; si quiere alegrías no hable de sus tristezas; si quiere honestidad, no hable de las mentiras, ni las ejerza. Y mejor aún: conviértase en la conciencia esencial de eso que quiere instaurar en su vida y en la vida de los suyos.
Si no cree en las leyes gravitacionales del Universo, al menos otórgueles el beneficio de la duda y compruebe por usted mismo si es cierto eso que dicen acerca de que lo que se da, regresa multiplicado. Un año nuevo es una oportunidad para jugar con las posibilidades y las combinaciones en nuestro camino, eligiendo diferente. Si se le vuelven a presentar los mismos desafíos, quiere decir que la lección no está aprendida -al menos no totalmente- entonces es que viene la ocasión de decidir de nuevas maneras. Ocúpese de integrar a sus opuestos para que sea más rico en todo sentido: si normalmente controla, ahora elija fluir y ser flexible: acepte.
Si es demasiado indulgente con usted mismo, exíjase un poco más, instaure la disciplina en sus acciones; si es iracundo, relájese, y regálese más sensibilidad para reírse de las situaciones; si es demasiado auto-exigente, permítase aparecer como el que no sabe tanto: abandone el mecanismo de premio-castigo; si siempre tiene los pies en la tierra, déjese volar y soñar un poco más; si es muy etéreo, ábrase y abrace las oportunidades que la vida física le ofrece: expanda sus cinco sentidos, y aprenda a disfrutar lo terreno; si siempre huye, quédese; si siempre dice que sí cuando quiere decir no, ¡ahora diga NO!; si posterga, no dude y hágalo inmediatamente; si es apresurado e impulsivo, elija la paciencia y la templanza; si es cuadrado, escoja el círculo; si se niega la expresión de sentimientos, ahora diga lo que siente; si es cursi, experimente lo austero; si es hipocondriaco déjese probar el relajamiento de vivir; si le teme al ridículo, dese permiso de salir del estándar; y en un solo concepto: escoja lo diferente, lo que lo complementa, lo que le da balance, y tómelo sin miedo.
Cierto es que entrará en una zona poco conocida, pero la riqueza es lo mínimo que le puede suceder. De esta manera podrá empezar diferente, sin gastar nada. Podrá redefinirse y subir al siguiente escalón, el que le toca a usted en su unicidad, no el que todos persiguen. Ahora más que nunca es momento de que recordemos que tenemos esta posibilidad como una constante, y que los propósitos y metas que nos hayamos puesto probablemente lleguen más fácil si abrimos una puerta insólita, y no como siempre lo hemos hecho: ese camino ya lo conocemos. Elija su maestría, la maestría de su propio ser, porque ya es tiempo. Bienaventurado sea este 2017 para todos, en todas partes.