A lo largo de la historia, prácticamente todas las tradiciones espirituales y religiosas han hablado del gran poder de la oración y de los cantos sagrados. Los descubrimientos actuales sobre Cimática han demostrado que las vibraciones crean formas específicas en el mundo físico, compuesto 99.99% de vacío, lo que nos habla de que lo que conocemos como realidad es meramente energía en constante movimiento. Existen estudios de física cuántica que calculan que si la materia de la humanidad entera se comprimiera alcanzaría apenas el volumen de un grano de arroz: de ese tamaño es la materialidad que tanto nos ocupa ¿lo puede creer?

El gran poder y la magia del sonido, y cotidianamente de las palabras, consiste en que son como una llave que puede entrar en las capas más profundas de la materia y darle forma antes de ser manifestada. La frecuencia armónica de la música es capaz de restablecer el orden geométrico hasta el nivel subatómico. Nosotros mismos emitimos vibraciones que pueden traducirse en música; cada uno somos una canción universal, y todos poseemos un poder extraordinario: la palabra, que puede literalmente construir o destruir un mundo. En la medida en la que conocemos este poder tenemos que ser conscientes también de sus efectos. Hoy más que nunca la fuerza de la unión para cantar, orar, meditar o sencillamente intencionar lo que queremos es muy importante, pues de esta manera creamos una atmósfera que abre la puerta a restablecer la armonía individual y por ende en nuestras familias, con nuestros seres queridos, en nuestro entorno, y en toda la Tierra para transformar y ser responsables por la creación de la realidad.

Todos somos células de un mismo cuerpo y tenemos que recordar y reaprender juntos cómo sanar aquello que nos lastima, y no solamente actuar en momentos de crisis, a posteriori y siempre remedialmente, sino por aprecio a la vida, por conciencia como sociedad y porque queremos mundos insospechadamente bellos para vivir. El próximo domingo nos reuniremos en una gran meditación para crear enormes cantidades de Efecto Positivo elevando la frecuencia desde el interior de nuestro propio cuerpo e intentaremos contagiar a toda la ciudad, a nuestro amado país, y a todo el mundo. Realmente nada está separado, así que de cada uno de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones es que todo lo exterior toma forma y que a su vez tomamos del exterior para alimentar lo que llevamos dentro. Les invito este 26 de noviembre a venir con el tremendo poder de su generoso corazón y a que hilvanemos juntos como creadores un mejor escenario para todos. Nos vemos a las 8:00 de la mañana en el Zócalo de la Ciudad de México.

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