Hay cosas que definitivamente no marchan en nuestras vidas, nadie tiene una vida perfecta y todos queremos estar mejor. Pero de lo que debemos estar ciertos para poder cambiar las cosas que deseamos sean distintas, es que cada cosa en nuestra vida tal cuál como se encuentra hoy en día, buena o mala, es sólo el efecto, el resultado de todas las semillas o decisiones que hemos tomado anteriormente, pero al no conocer las reglas de la vida, las leyes universales, no entendemos como podemos estar en este punto, es decir, si hoy sigo preguntándome si estoy en la relación correcta, si me siento inconforme de cómo van las cosas en el trabajo, si he perdido la salud, si me voy quedando solo y no sabemos por dónde comenzar para poder obtener otro tipo de resultados, es momento de cambiar y la buena noticia es que todo lo podemos cambiar.
No es fácil, requiere de esfuerzo, de hacer un verdadero examen de conciencia, de hacernos responsables, de salir de nuestra zona cómoda, de pedir una disculpa si es necesario, de tratar de resarcir los daños, estar alerta día a día para no cometer los mismos errores y volver a tomar las mismas decisiones que nos tienen hoy atorados dónde no queremos estar.
Lo que estamos viviendo en este momento es directamente proporcional a como concebimos la vida, a lo que creemos o pensamos que es. Sólo está en nosotros cambiarlo.
Una de las leyes más importantes a poner en práctica para iniciar es la Ley Causa y Efecto. Misma que asumimos que entendemos a la perfección pero que al llevarla a la práctica diaria y estar consciente de ello, el panorama puede ser distinto. Desde como tratamos al señor que nos carga la gasolina, la forma en cómo despertamos e iniciamos el día, etc. Normalmente nos enojamos por que las cosas no salen como queremos o caemos en el papel de víctima. Tratamos de culpar a los demás por lo que pasa a nuestro alrededor. Para cambiar lo que no me gusta debo comenzar dentro de mi.
Si queremos tener en nuestra vida el paquete completo, es decir, no sólo una casa sino la energía que se siente de un hogar, si deseo tener cierta posición en el trabajo y éxito pero con la energía del reconocimiento, si queremos tener una pareja con la energía de amor, comprensión, apoyo y crecimiento debemos conectar con las cosas correctas. No se puede esperar que salgan limones si sembramos las semillas en una silla de metal, así de sencillo. En realidad lo que buscamos de la vida es sentir la energía que nos hace sentir plenos y llenos, esa energía en Kabbalah se llama Luz y todo tiene Luz. Todo tiene energía. El asunto es que a veces conectamos con la energía temporal que nos da comernos un chocolate, la gratificación instantánea de una noche de fiesta llena de drogas y alcohol que al día siguiente nos deja más vacíos, entre muchas otras cosas más que en realidad no se queda en nuestra vida. Esa energía que nos da el momento se desvanece con las horas, ese tipo de energía no genera el cambio que deseamos al contrario a veces sólo nos aleja más de ello.
Necesitamos dar un salto hacia un siguiente nivel de consciencia si es que deseamos cambios verdaderos, y no sólo tú te beneficiarás sino que beneficiaremos al mundo entero. Un pequeño cambio en tu interior, una adicción trascendida, un apego deshecho, repercute en todos lo creas o no.