Algunos días nos resulta muy claro cómo podemos mejorar la calidad de nuestra vida, así que ponemos todo el empeño. ¡Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario! ¿Han sentido esa determinación y compromiso? A veces sucede cuando iniciamos una nueva etapa, un nuevo año o simplemente por que es lunes y los lunes comenzamos la dieta o lo que sea que hayamos dejado a un lado durante un tiempo o toda nuestra vida, Así que, es en esos momentos que nos inscribimos en un gimnasio, realizamos nuestra lista de pendientes o programamos tiempo en las noches o cualquier otro momento del día para hacer ese cambio de hábitos que hemos postergado. ¿Cómo es posible que pasemos de estos momentos de determinación y fuerza de voluntad, a membrecías de gimnasio que nunca se utilizan, tenis sin usar, comida saludable pudriéndose en nuestro refrigerador, lista de más pendientes sin completar y noches mal dormidos frente a la televisión, sin ningún cambio a una vida mejor a la vista?

Aquí algo que no nos dicen cuando tenemos la intención de hacer un cambio en nuestras vidas: “El cambio es un proceso que requiere de mucha resistencia”.

Ver lo que necesitamos cambiar es la primera parte de ese proceso. La segunda parte es comprometernos con ese cambio. Es durante este tiempo que recibimos un estímulo de energía inicial. Nos sentimos con la facultad, vemos todo lo que somos capaces de hacer y nos sentimos en la cima del mundo.

La tercera parte del proceso es: La gran prueba. Y desafortunadamente es aquí donde la mayoría de nosotros se rinde.

Para que el cambio sea real, tenemos que ser probados. Si nos apegamos al cambio en los momentos en que no queremos hacerlo, es cuando la verdadera transformación ocurre. Para que quede más claro, el cambio ocurre cuando realmente queremos dormir pero en lugar de ello nos levantamos y vamos al gimnasio o cuando sentimos la procrastinación pero decidimos realizar sólo otra cosa de la lista de quehaceres, sí de esos pendientes que parecen no terminar jamás. Éstos son los momentos en los que la energía que sentiste al comienzo regresará a ti incluso más fuerte de lo que era antes. ¡Haz la prueba! Con cada obstáculo que decides vencer, invitarás más alegría a tu vida y más fuerza para continuar.

Los grandes logros nacen a partir de esfuerzo de resistencia.

Es en los momentos en que más queremos rendirnos que podemos manifestar milagros en nuestras vidas si simplemente resistimos.

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