El tipo de pisada, el calzado, el calentamiento, entre otras cosas, influyen en las lesiones que se pueden presentar al correr pero también es importante considerar el tipo de superficie. Cada suelo es diferente para correr y nuestro cuerpo lo resiente, especialmente nuestras rodillas. Entonces, ¿Cuál es mejor para correr? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada superficie?
El asfalto tiene la ventaja de que la calle está disponible para todos y en cualquier momento, es más fácil de avanzar y mejorar nuestra velocidad, pero el impacto lo recibe la rodilla, la cadera y la espalda a lo largo de los años.
Correr en pista de tierra genera un menor impacto por ser más blanda pero puede ser más resistente y se requiere mayor esfuerzo. El césped ofrece una mejor amortiguación del pie pero pueden existir más irregularidades en el terreno, además si está húmedo puede ser resbaladizo. La pista de tartán está hecha especialmente para los atletas, sin importar la condición del clima la superficie es la más adecuada para correr. Este suelo absorbe casi todo el impacto.
Las caminadoras en el gimnasio tienen la ventaja de que no se ven afectada por el clima y normalmente hay entrenadores que pueden orientar sobre el ritmo adecuado para correr, sin embargo algunos especialistas dicen que seguir siempre el mismo paso, misma distancia, misma superficie puede incrementar el riesgo de lesiones. Lo ideal sería no caer en la monotonía y si es posible alternar las diferentes superficies para lograr nuevas experiencias y que el cuerpo tenga un mejor control al correr.