Cuando tienes fe, dejas espacio a la duda. Cuando tienes esperanza, la misma palabra lo dice…esperas, pero no tienes la seguridad de que va a suceder y aunque nunca podemos saber al 100% lo que sucederá al día siguiente, ni la garantía de conseguir ese trabajo tan anhelado, el cierre de un buen contrato, las vacaciones planeadas, la pareja que deseas, etc. Siempre hay algo llamado “certeza” que no deja espacio a esa duda ni deja las cosas al azar.
Tú no tienes esperanza, ni fe o confianza en que 2+2 es igual a 4. Tienes la certeza de que 4 es el resultado.
Así en la vida, si bien dicen que la fe mueve montañas, la certeza es la conciencia más poderosa que puedas tener, más allá de decretos que puedas repetir 100 veces al día, y sin el afán de ser sumamente optimista, la certeza es saber que sea cuál sea el resultado de lo que estás viviendo en este momento, siempre será lo mejor para ti. Tampoco se trata de dejar al destino lo que venga, hay que hacer en el plano físico todo lo que esté en nuestras manos para conseguirlo y si bien el resultado no es exactamente el que esperabas, la certeza es saber y estar consciente y seguro de que lo que está sucediendo en tu vida en este momento, es exactamente lo que necesitas, con el tiempo podemos alcanzar a ver el por qué.
¿Quieres mantener la esperanza en algo o quieres estar seguro de que sucederá? Ahí radica la diferencia entre la fe y la certeza, sin caer en soberbia ni siendo presa de tu ego a quien por cierto le encanta tenernos en esa incertidumbre de lo que sucederá (futuro) o de lo que no fue (pasado), esa es siempre su jugada no mantenernos firmes en el presente. Inyectar certeza en los momentos de caos no es una tarea fácil pero como también dicen, cuando es para ti aunque te quites y cuando no aunque te pongas. Hay tragedias que no parecen tener sensatez y mucho menos la visión de un futuro mejor pero la realidad es que no podemos ver la totalidad de la historia, y sí, todo pasa por algo aunque al momento no podemos ver con claridad por qué, tal vez pase mucho tiempo antes de que podamos verlo. Las desgracias vienen disfrazadas de bendiciones, siempre hay algo atrás, siempre hay algo que aprender. Así que sin aferrarte, suelta y haz lo que mejor puedas hacer contigo y para los demás que siempre está sucediendo lo mejor para ti.
Eso es certeza.