Alguna vez una mente brillante dijo certeramente: “fondo es forma”, haciendo alusión a que aquello que se representa en las maneras, los modos, las formas de actuar, dirigirnos a las y los demás, habla mucho de lo que somos y de lo que ofrecemos. Ponga esto para su verificación en el plano de los sentimientos, y verá cómo por ejemplo quien le hace sentir enamorado/a, recibirá de usted el mejor de los tratos -al menos por un tiempo-.
En cada una de las expresiones de la forma se está enviando un mensaje muy dirigido para todo cuanto hacemos. Fondo es forma porque la forma en que nos cuidamos, cuidamos del cuerpo, de la mente, de las emociones, es el fondo que habla de nuestro amor propio. Fondo es forma porque el cuidado de nuestro entorno habla del cuidado de nuestro espacio interno: sin importar qué tan grande o pequeña, sencilla u ostentosa es nuestra casa, mantenerla en orden, aseada, como el templo que alberga un hogar, habla de nuestro fondo interior de unión, armonía y alegría.
Fondo es forma porque si la forma de hablar, tratar, contestar a las personas desconocidas es hosca, malencarada y hostil, refleja el en el fondo un profundo resentimiento con la vida. Fondo es forma porque nuestra incivilidad, nuestra egolatría, las ganas de pasar primero, de aventajarse a la mala, de apoderarse de lo ajeno, de no tratar a otros como nos gusta que nos traten, de ser altaneros, prepotentes y soberbios, de exigir sin merecer, de recibir sin dar, de mal ganar sin esforzarse, de no aportar, habla de nuestro muy dormido fondo en donde habita la creencia de que somos seres desvinculados del resto. Fondo es forma porque si el trato con las personas que decimos apreciar más es en realidad maltrato, quiere decir que en el fondo de nuestro ser algo está muy descompuesto.
Fondo es forma porque toda forma de violencia habla de lo quebrada, partida y putrefacta que está esa parte de nuestro fondo que no ha sido sanada por la lucidez de la conciencia. Fondo es forma porque la vida de la forma y la forma de la vida nos expresa en la majestuosidad de la naturaleza el fondo de un amor más allá de medida que nos permite estar en este plano. Por eso le invito a hacer una revisión honesta de sus formas, de aquello que ve en el espejo, de lo que observa en sus reacciones, sus comportamientos, sus modos y maneras, su andar por el mundo, porque probablemente ahí encuentre muchas claves de sus fondos.
Sea la persona que quiera encontrarse para sí. Si exige siempre que las y los demás sean con usted de la forma que a usted le satisface y le gusta, conviértase en eso, para que vea si el fondo de lo que pide es congruente con lo que usted ofrece. No insista en cerrar los ojos ante la verdad de que todo cuanto sembramos ayer es la causa de lo que tenemos hoy. Si no pude comenzar por sanear sus fondos, inténtelo primero con las formas: sea más cortés, atenta/o, educado/a, amable, real, humilde de corazón, genuino y agradable como para que las y los demás quieran pasar tiempo con usted, y verá que al recibir es que da su fondo se va alimentando de cosas buenas.
Esto es una manera de obligarse a contribuir de forma efectiva a una mejora de la sociedad como lo afirmaba Gandhi: conviértase en el cambio que quieres ver en el mundo. Aunque usted no lo crea, fondo es forma al grado que las y los demás lo notan, y que por lo general es uno mismo el que permanece un tanto ciego ante lo evidente como el avestruz que esconde la cabeza, porque por más que nuestras ganas de actuar quieran cubrir lo verdadero, es en las formas de nuestro talante que se proyecta aquél fondo que llevamos en las entrañas; por eso, en resumen, busque siempre llevar algo bueno en sus fondos, busque el lado luminoso de las cosas, y de lo mejor de sí para que esto crezca en su interior, porque la luminosidad de sus fondos no puede traerle más que lo mejor de la vida en sus formas.