¿Para que queremos segundas o terceras oportunidades? ¿Sabemos que hacemos aquí? Si no sabemos cuál es el propósito de nuestra vida, ¿no estaremos recorriendo un camino a ninguna parte, dando vueltas en círculos? Creemos que tenemos todo el tiempo del mundo y un mundo entero por recorrer, pero para poder transformarnos en la persona que venimos a ser es necesario saber hacia dónde dirigirnos, tal vez no tengamos el mapa y las direcciones exactas de principio pero necesitamos saber hacia dónde dirigirnos y sobre eso actuar en congruencia. Es decir, si no quiero que me estafen, no estafo… si no quiero mientan, no miento por que todo va y viene, así de simple, pero a veces al pasar por situaciones dolorosas o crisis, pedimos otra oportunidad más, es ahí cuando lo recordamos, incluso prometemos ponerle “entusiasmo” y remedio definitivo a la situación, después olvidamos para que lo pedimos.

No creemos que somos los generadores de milagros y bendiciones como no creemos que somos también los generadores de la destrucción, llevándonos lo que vemos a nuestro paso o lo que podemos ver, creemos que hay cosas fuera de nuestras manos y no se trata de desafiar a nadie, simplemente de entender el papel de co creadores que tenemos en este mundo… pensamos que con tanto que consumimos y contaminamos hemos destruido climas enteros, nos quedamos con esa idea entonces reciclamos y compramos verde pero es nuestro fuego interno, el deseo de sólo ver en mi beneficio, el desbalance que creamos en nosotros (además de enfermarnos), la separación, los cortos circuitos que hacemos al alejarnos de la luz, la ira entre unos y otros es lo que han provocado un calentamiento global entre otros desastres.

¿Cuál es el propósito de tener a tu alma perfecta, el trabajo ideal, una casa? Es un recordatorio constante y una inyección de entusiasmo el ingrediente que cada día hay que agregar, mismo que todos podemos crear y plantar en cada acción.

Nos sentimos entusiasmados cuando alguien nos dice “que bien te ves”, o nos hace cualquier otro cumplido, y aunque se agradecen los comentarios, nosotros lo podemos crear sin esperar a que venga de lo externo.

Cada acción que hacemos con entusiasmo, con proactividad nos conecta con la luz. Si de cualquier forma hay cosas que irremediablemente debemos hacer día con día les invito a agregar este ingrediente, que al igual que la felicidad, es una herramienta que podemos activar en el momento que deseemos más importante aún… cuando no tengamos ganas de hacerlo.

 

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