Dar consejos puede ser una oportunidad para compartir nuestra opinión y perspectiva: decirle a los demás lo que de verdad pensamos. Pero dar y recibir consejos puede ser algo muy delicado. Ambas cosas requieren de mucha conciencia y consideración. La verdad es que muchas veces somos más abiertos a dar consejos que a recibirlos. Incluso cuando pedimos un consejo, si ya tomamos una decisión, usualmente hay muy poco que los demás puedan hacer para disuadirnos de lo decidido ó de lo que pensamos. Hablando desde un punto de vista kabbalístico, ya sea que estés dando o recibiendo el consejo, cada intercambio es una oportunidad para aprender y crecer.
Para poder estar completamente abiertos a los consejos, es importante que dejemos ir nuestras nociones preconcebidas de cual rumbo de acción deberías tomar. Esto no quiere decir que ignores tus instintos. Simplemente mantente abierto a la sabiduría que un amigo, mentor o ser amado, quiere compartir contigo. Después de que hayas escuchado, si todavía sientes que deberías seguir con tu plan original, entonces hazlo. Es más probable que te sientas más confiado con tu decisión una vez que hayas considerado otras opciones. Los kabbalistas enseñan que cada intercambio, no importa qué tan pequeño sea, es una oportunidad para nosotros de crecer. Los consejos pueden revelar información nueva sobre nosotros y la situación, incluso si escogemos no seguirlo. Al dar un consejo es crucial evitar el juicio y poner a un lado los prejuicios personales, manteniendo en mente sólo el bienestar de la persona. Cuando otros se sienten escudriñados, muchas veces alzan una pared para protegerse y hay menos probabilidades de que acepten un consejo. Ponte en esa situación. Pregúntate a ti mismo: ¿cómo se siente? ¿Cuáles son los pros y los contras? ¿Cuáles son sus preocupaciones? “Cada vez que nos ponemos en los zapatos de otra persona”, dice Michael Berg, “el esfuerzo que hacemos al sentir su dolor, elimina una cortina imaginaria que nos separa de ellos“. Sentir empatía con su situación y permitir que la compasión nos guíe, permite que nuestras palabras y nuestra guía sean escuchadas con un corazón abierto. Muchas veces ayudar a alguien a encontrar su propio plan de acción es la manera más efectiva de aconsejar. Pregúntale a alguien que necesite ayuda qué acciones pueden hacer para remediar la situación. Llévalos a identificar los pasos que traerán más Luz. Todos nos sentimos con más poder cuando solucionamos nuestros propios dilemas y escogemos nuestro propio camino. De esta manera no le habrás dicho a alguien qué hacer, sino que simplemente lo habrás guiado hacia sus propias respuestas. Dar y recibir consejos es una oportunidad de conectarnos con otros. Al hacerlo, nos transformamos y expandimos nuestra capacidad para recibir Luz y traer más Luz al mundo. “Nuestro trabajo no es juzgar las acciones de otros; nuestro trabajo es escuchar más allá de las palabras”. – Karen Berg